Son la representación cultural y artística de Rusia por excelencia desde 1800. Se hacen llamar mamushkas o matrioshkas y absolutamente todas respetan el mismo patrón: una figura de muñeca sin relleno que aloja a otra más pequeña y así sucesivamente, según la cantidad de veces que se haya replicado la misma.
A simple vista una muñeca rusa no deja de ser más que un atractivo recordatorio, sin embargo, tiene que ver y mucho con la idea conceptual que encierra la práctica del inbound marketing. Al tratarse de una metodología compuesta de varias capas o fases de implementación, nos pareció oportuno traer a consideración una analogía pintoresca, que también enseñe la infinidad de técnicas existentes para su aplicación.
Entonces podemos iniciar comentando que el inbound marketing es una metodología que se basa en la atracción y fidelización de clientes potenciales mediante la creación de valor. Desde que conocen la marca hasta el momento en el que se transforman en clientes fieles, son atraídos de forma natural gracias a la comunicación de contenidos que fueron elaborados estratégicamente para ofrecer información de gran relevancia. Estas acciones son premeditadas y puestas en práctica a través de un proceso que consta de 4 etapas, en el cual sobran las herramientas y recursos dispuestos a conquistar corazones desde el minuto uno.
Como todo objeto que se encuentra bajo la lupa del marketing, la finalidad central de este procedimiento es la captación de consumidores potenciales, para luego convertirlos en leads y así finalmente llegar a la etapa final que es la obtención de clientes fieles que recomienden los productos o servicios que tu empresa tiene para ofrecer. Esto se puede repetir las veces que sean necesarias hasta lograr el objetivo deseado.
Se trata de un proceso que implica también la utilización de diversos programas de software y recursos offline para efectuar el monitoreo de cada nivel. Sea para atraer clientes mediante publicidad paga, sea para convertir leads en clientes fieles con chatbots o bien para mantener relación con los mismos mediante e-mail marketing, todo se trata de saber aprovechar la tecnología existente en beneficio de la optimización de tiempo y dinero.
En este sentido Isaac Newton, físico y matemático inglés, reflexionó hace más de 300 años sobre la idea de que había una fuerza universal que provocaba la atracción entre los cuerpos del espacio y así optó por bautizar como “fuerza de gravitación universal” o “gravedad”. Según Newton, la gravedad sería una fuerza instantánea que actuaría a distancia, es decir, la intensidad de la fuerza dependería de algo que puede estar muy alejado, sin que haya contacto entre los cuerpos.
Aquí encontramos un punto de convergencia entre el descubrimiento físico y las leyes del inbound marketing: activar ciertas tácticas en determinados momentos, mediante canales determinados dan como resultado una atracción irrefutable entre tu marca y sus consumidores. Justamente este tipo de estrategia se aplica desde la distancia, al igual que la teoría de Newton, donde el cliente potencial es acompañado a lo lejos -naturalmente- dentro del proceso conocido como customer journey.
Imperativos del inbound
Tal como habíamos mencionado, son 4 los verbos imperativos del ciclo que comprende esta metodología:
1) Atraer
La principal meta de esta etapa consiste en conseguir visitas. Se busca que las personas lleguen a los canales de comunicación digitales de tu marca -sitio web, blog, redes sociales- para concretar una primera conexión. De este modo se pretende incrementar el tráfico web a través del interés obtenido por los contenidos de valor.
Durante la fase de atracción, se pueden emplear herramientas que permitan acercar nuevos y posibles interesados, las mismas son:
- SEO: son fundamentales para aparecer en los primeros resultados de búsqueda. Si no se realiza SEO, hay menos probabilidades de que los usuarios nos conozcan.
- RR.SS: con la ejecución de una buena estrategia podemos redirigir parte de nuestra audiencia en redes hacia el blog de la empresa.
2) Convertir
En esta segunda etapa del inbound se busca conseguir leads logrando que los visitantes de la web lleguen a registrarse, y así utilizar sus datos para confeccionar una gran base de datos propia.
Para incentivar esta conversión, son imprescindibles herramientas como:
- CTA (Call To Action): llamados a la acción para incitar a la audiencia a responder a determinadas acciones mediante vínculos a landing pages, invitar a dar “me gusta” a un posteo, invitar a leer un artículo, etc.
- Lead Magnets: son recursos de valor gratuitos que la marca ofrece a cambio de datos de contacto. E-books, infografías, webinars, acceso freemium, descuentos y más.
- Formularios: son útiles y concretos para la recopilación de información.
- Chatbots: como asistentes virtuales cumplen estupendamente la función de brindar servicio al cliente.
3) Vender
Durante la tercera fase la finalidad por excelencia es que las personas compren el producto o servicio de nuestra empresa. Es conveniente brindar información relevante para posicionarnos en el mercado y terminar de convencer a los clientes para que elijan determinada marca y no otra.
4) Fidelizar
En esta última y cuarta etapa de la metodología inbound, la idea esencial es que los clientes sean embajadores de la marca, porque es el mejor recomendando y hablando bien de las virtudes que tenemos para ofrecer al mercado. Es el momento ideal para pensar en estrategias de valor que aseguren un servicio post venta exitoso, a través de un buen servicio de atención al cliente o mediante campañas de e-mail marketing que continúen aportando contenidos de valor y significado extra a nuestros clientes más fieles.
Así, el inbound marketing como matrioshka gravitacional se erige como una metodología infalible a la cual cientos de empresas recurren para agilizar los procesos de manera mucho más eficaz, asertiva y potencial.