Te regalo un acertijo: se trata de una marca que ofrece diversos productos y servicios relacionados al universo tech. Su isotipo esconde una leyenda urbana representada por una singular manzana mordida. ¿Adivinaste? Seguro que sí.
La respuesta correcta: Apple.
Para quienes amamos la tecnología de última generación y nos dejamos seducir por experiencias 360 grados, sabemos concienzudamente que Apple (y su iPad) es mucho más que un aparato o una manzanita. Como si fuera por arte de magia, cualquier dispositivo de la marca que tengamos al alcance de nuestras manos nos vuelve únicos, poderosos y sofisticados. O al menos esa es la idea que la marca siempre quiso transmitir a sus consumidores, trabajando en la mejora de cada producto hasta el nivel de detalle.
Desde sus inicios, esta empresa buscó estudiar el estilo de vida de sus clientes y así asegurarse de diseñar diversidad de aparatos que cumplan la misión de acompañarlos en cada momento del día en cada una de sus actividades: smartphones, laptops, tablets, además de plataformas con música y películas vía streaming. Cada uno de ellos dan forma a lo que se conoce como el “ecosistema de Apple”.
Con todo esto, su fundador, Steve Jobs, siempre se preocupó por mantener a la compañía en los márgenes de la excelencia y la exclusividad. Según la concepción del experto, el ciclo de vida de sus productos y servicios no admite declives ni retiradas ruidosas. Es por eso que en esta oportunidad, vamos a abordar el proceso de vida de una de sus creaciones más exitosas hasta el momento: la tablet de iOS bautizada como iPad.
Como ya es de nuestro conocimiento, el ciclo de vida no es más que el recorrido de las etapas por las cuales atraviesa un producto durante su permanencia en el mercado. Su objetivo es orientar la estrategia de negocio de cualquier empresa. El mismo cuenta con 4 etapas en las cuales encontramos, introducción, crecimiento, madurez y declive.
Un ciclo de vida sin fin
En base a un estudio reciente realizado por Consumer Intelligence Research Partners (CIRP) -una organización estadounidense especializada en el comportamiento del consumidor-, se advirtió que los usuarios de iPad actualizan sus dispositivos con menos frecuencia que los iPhone que poseen. Más de 2000 clientes fueron encuestados.
Éstos los reemplazan casi cada dos años, mientras que el reemplazo de la tablet se podría equiparar a los de los ordenadores Mac, que se suelen renovar cada 2 a 4 años. Así es que se puede constatar que el ciclo de vida ciertamente está influenciado por el consumo de las personas en todas sus etapas, no sólo en la final.
El caso de la tablet es muy particular ya que son los propios usuarios quienes intentan alargar el ciclo de vida del dispositivo al máximo, algo que a la larga podría ser contraproducente para los intereses de la compañía. Además de esto, el estudio también reveló que las personas estaban muy seguras de regalar o recomendar una tablet a algún familiar cercano o amigo.
Fase de introducción
Desde que la compañía lanzó los primeros iPad, se tuvo en cuenta que aunque no fuera un producto que se encontraba en la mente de los consumidores, era una propuesta muy seductora para los amantes de la tecnología. En este sentido, las primeras reacciones del mercado tuvieron a personas dubitativas que no lograban comprender su utilidad.
En aquellos tiempos, los primeros compradores del iPad no fueron más que los “early adopters” -fanáticos de la marca-, dispuesto a adquirir cualquier producto lanzado por la empresa. De esta forma, la demanda no fue significativa por lo cual los números se mantuvieron en niveles bajos.
Fase de crecimiento
Durante la segunda etapa, la capa de stakeholders empezó a cobrar más vida debido a que las personas empezaron a interesarse por la novedad de este producto, lo cual se tradujo en mayores ventas. De acuerdo a la ley general de los ciclos de vida, las empresas deben establecer un flujo claro y práctico para la gestión de las operaciones. Esto fue completado con total éxito por el iPad de Apple a través de sus campañas de marketing.
En consecuencia, el iPad logró poco a poco cierta relevancia, disparando las cifras de venta al más alto nivel. Luego de dos años de éxito rotundo, el mercado abrió la puerta a nuevos competidores dentro del rubro, como Samsung, Asus o Sony.
Fase de madurez
En la etapa de madurez de un producto, la palabra por excelencia es “diferenciación”, mediante la cual se debe buscar nuevas formas de hacer que los productos se vuelvan más atractivos para el consumidor y generen una conexión emocional con él. Por eso es que se puede decir que actualmente el iPad se encuentra alojado en este nivel, en donde el mercado llegó a su punto cúlmine y ya no puede seguir creciendo. Esto sucede principalmente porque el público objetivo ya tiene al menos una tablet en sus manos.
Las ventas ya no crecen de la misma forma que antes porque el mercado ha madurado.
Fase de…¿no declive?
Para suerte de Apple, esta fase no se dignó a aparecer aún para sus iPad, pero seguramente se acerque el día en el que este producto entre en fase de declive, ya sea porque pueden aparecer nuevas tecnologías sustitutivas. Y cuando esto ocurra, las ventas disminuirán mucho.