Con la explosión de la tecnología mobile y en ella, la multiplicación de plataformas, no sólo las personas tuvieron que adaptarse y animarse a usarlas sino que también, como fruto de un fenómeno mundial, los patrones de comportamiento en el buyer persona mutaron. De esta manera, el gran árbol del marketing tradicional empezó a lanzar ramificaciones en conjunto con el avance de las nuevas tecnologías. Así, el marketing offline le dio la bienvenida al marketing digital.
¿Qué es el marketing digital?
En términos de mercadotecnia, Philip Kotler conocido en el mundillo universitario como el “padre del marketing”, tiene mucho para decir y definir. Según este reconocido profesor, el marketing digital tiene que ver con el uso estratégico y creativo de las tecnologías digitales para alcanzar los objetivos de marketing de una organización. Kotler añade que una de sus más claras distinciones está dada por el empleo de canales digitales (Internet, dispositivos móviles, social media) para interactuar con los consumidores, promocionar productos o servicios, construir relaciones sólidas y generar valor para la marca.
Como ya sabemos, ante un mundo globalizado donde las tendencias y motores de acción van mutando a cada hora, es indispensable contar con un aparato de estrategias adaptable.
En esto, Kotler afirma que el marketing digital es esencial para garantizar la presencia efectiva en las plataformas online, y más aún si tenemos en cuenta que las informaciones que circulan en las redes suelen ser activadores en las decisiones de compra. Por eso es que a partir de la puesta en marcha de las diversas estrategias, se espera que el marketing digital no sirva únicamente para persuadir a los consumidores a través de las pantallas, sino también para crear relaciones basadas en la solidez y la identificación emocional.
Los 3 pilares del marketing digital
Para que un plan de marketing digital sea exitoso desde el punto de vista estratégico, existen al menos tres ítems básicos que no pueden faltar. Cabe destacar que cada uno de los apartados que desarrollaremos a continuación, deben ser personalizados y enfatizados según el objetivo comercial de cada producto o servicio. Es primordial que estas tareas sean llevadas a cabo por un profesional de la mercadotecnia con pensamiento crítico que pueda determinar cuándo es apropiado activar o no determinada acción.
- Marketing de Contenidos o Content Marketing: trata de una técnica de marketing basada en dos premisas; por un lado, la creación de contenido de valor destinada a los públicos objetivos y por otro lado, la distribución de información relevante mediante canales de comunicación preestablecidos. A partir de esto, se pretende aumentar el tráfico hacia el sitio web, atraer potenciales clientes y fidelizar a los ya existentes.
Algunas herramientas del content marketing son los blogs, infografías, videos, e-books y podcasts. Sobre esto, es indispensable conocer a tus audiencias para definir el mejor formato que se adapte a sus necesidades y preferencias.
- SEO y SEM: Estos términos están estrechamente vinculados al marketing digital propiamente dicho y a los motores de búsqueda como Google, Bing o Yahoo! En este sentido podemos decir que el SEO (Search Engine Optimization) se enfoca en mejorar la visibilidad orgánica de un sitio web en los motores de búsqueda mediante la optimización del contenido, la estructura del sitio y la generación de enlaces relevantes. Por otro lado, el SEM (Search Engine Marketing) abarca la publicidad en motores de búsqueda, donde los anunciantes pagan por aparecer en los resultados patrocinados, utilizando palabras clave relevantes y optimizando las campañas para maximizar el retorno de la inversión.
- Publicidad online: este tipo de publicidad permite llegar a una audiencia más amplia y específica dentro del universo digital. A través de plataformas publicitarias como Google Ads, Facebook Ads o LinkedIn Ads, la audiencia se puede segmentar, estableciendo presupuestos, creando anuncios altamente atractivos y midiendo el rendimiento de las campañas al alcance de un click.
- Análisis de datos: esta estrategia es la que permite evaluar el desempeño de las estrategias implementadas y tomar decisiones basadas en evidencia. Dentro de su rango de acción, herramientas de análisis web como Google Analytics suelen ser de gran utilidad para obtener información sobre el tráfico de un sitio, el comportamiento de los usuarios, las conversiones por ejemplo. El saber leer los datos permite conocer más a fondo a los stakeholders además de ayudar a identificar áreas de mejora dentro del marketing digital.
Los beneficios
- Alcance global: el marketing digital permite llegar a una audiencia global a través de Internet. Puedes alcanzar a personas en diferentes ubicaciones geográficas, lo que amplía significativamente tu alcance y potencial de crecimiento.
- Segmentación precisa: puedes dirigirte a segmentos específicos de tu público objetivo teniendo en cuenta las características demográficas, intereses o comportamientos particulares, lo que aumenta la eficacia de tus campañas y maximiza el retorno de la inversión.
- Mayor interacción y compromiso: puedes establecer un feedback sólido con tus clientes a través de las redes sociales, comentarios en blogs, correo electrónico, entre otros canales, fortaleciendo así el sentido de comunidad en torno a tu marca.
- Medición y análisis: gracias al marketing digital puedes medir y analizar el rendimiento de tus campañas en tiempo real. Puedes obtener datos sobre el tráfico web, tasas de conversión o incluso sobre las interacciones en redes sociales. Esta información te permite tomar decisiones basadas en datos y optimizar continuamente tus estrategias.
- Más económico: puedes promocionar tu negocio a través de canales digitales a un costo mucho menor que los anuncios impresos, televisivos o de radio. Además, puedes establecer presupuestos específicos para tus campañas y ajustarlos según tus necesidades y resultados.
Flexibilidad: con el marketing digital puedes ajustar tus estrategias, realizar pruebas A/B y probar nuevas ideas en tiempo real. Sin dudas esto constituye una ventaja competitiva en cuanto a la capacidad de reacción a las necesidades.
