Tiene la fama de una celebrity y no le molesta estar en el centro del debate, porque sabe y es consciente de que se puede dar apenas un paso para trascender del odio al amor en menos de lo que dura una pompa de algodón de azúcar en la boca. ¿De quién hablamos? Pues del teletrabajo señoras y señores.
Que la conozcamos hace un par de años no quiere decir que antes no existía. De hecho, existen numerosos artículos de investigación que datan de principios del siglo XXI, en los cuales se describen de la A a la Z, cada punto relacionado a esta novedosa manera de trabajar. Bandos hay muchos, pero los más populosos son dos: quienes encuentran en ella un paraíso eterno en el cual pueden ser y estar al natural, y también están quienes la consideran una creación poco agraciada dispuesta a romper con los esquemas de la vida de oficina.
Como ya sabemos, el teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa, durante una parte importante de su horario laboral. Engloba una amplia gama de actividades, pudieron ser realizadas en tiempo completo o parcial. Esta actividad implica el uso de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el trabajador y su empresa.
Siempre se dice que para contar con una visión integral y completa acerca de algo, es necesario tener información acerca de los vértices que puede llegar a presentar el objeto en cuestión. Así es como procederemos a desarrollar cuáles son los pros y contras de una forma de teletrabajo que vino para quedarse, y al parecer, por tiempo indefinido.
Las ventajas del teletrabajo vienen asociadas a sus objetivos. En este sentido, se pretende apuntar a los beneficios conseguidos por los trabajadores y las empresas, como actores principales en la relación de teletrabajo. Se suele señalar que lo importante para un teletrabajador es que tenga sentido de confidencialidad, disponibilidad, creatividad y actualización permanente. Sin embargo, en un sentido más amplio, las ventajas están asociadas a la comodidad que les proporciona esta modalidad no sólo en la forma de trabajar, sino también en vivir.
Si bien estos puntos que acabamos de mencionar pueden hacer que el teletrabajo parezca una utopía de cualquier ser humano que busca despertar todos los días sin tener que planchar su camisa o lustrar sus zapatos, es un acto de justicia para aquellos que no abogan por estas formas, enseñar la parte menos positiva de la puesta en práctica del trabajo híbrido.