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Figma, Asana, Notion, Mural: ¿aliadas de la innovación o trampas disfrazadas de productividad?

La escena es conocida: arrancás el día con ganas de avanzar en ese proyecto importante. Abrís Notion para organizarte. Te distraés un rato ajustando la tipografía del tablero. Después pasás a Asana a mover tareas, marcás algunas como “en progreso”, otras como “bloqueadas”. Abrís Mural para armar un mapa mental y cuando te querés dar cuenta… pasó media mañana y todavía no hiciste nada concreto.

Bienvenidos al lado B de la productividad digital.

En este artículo, te invitamos a repensar el uso de herramientas como Figma, Asana, Notion y Mural. ¿Nos hacen más ágiles o más dispersos? ¿Son claves para innovar o trampas disfrazadas de eficiencia? Acá te lo contamos desde la experiencia real de equipos que, como nosotros, viven entre timelines, tableros y flujos colaborativos.

La promesa de las herramientas: organización, agilidad, colaboración.

Cada una de estas plataformas tiene un superpoder claro:

  • Figma: diseño colaborativo en tiempo real, prototipado ágil, co-creación sin fricción.
  • Asana: gestión de tareas, flujos de trabajo ordenados, visibilidad total de lo que hay que hacer.
  • Notion: documentos, bases de datos, wikis, planificación. Todo en uno.
  • Mural: pizarras colaborativas para lluvias de ideas, workshops, mapas de experiencia o journeys.

Y sí: cuando se usan bien, son verdaderas aliadas. El problema aparece cuando dejamos que esas herramientas reemplacen al trabajo real en lugar de potenciarlo.

La trampa de la falsa productividad.

¿Te suena esta frase?:

“Estoy organizando el proyecto para poder empezar a ejecutarlo mejor.”

Traducción: estás procrastinando con estilo.

A veces, pasamos horas perfeccionando estructuras, colores, etiquetas, workflows… y no damos un solo paso concreto. Nos sentimos productivos, pero no estamos avanzando. Es como afilar el lápiz durante tres horas antes de empezar a escribir.

Ahí es cuando estas herramientas dejan de ser soporte para convertirse en distraídos protagonistas de tu jornada.

¿Qué dicen los estudios sobre el uso excesivo de herramientas digitales?

Más allá de la experiencia del equipo, los estudios muestran algo preocupante: cuantas más herramientas digitales usa un equipo, mayor es el riesgo de dispersión.

Según Harvard Business Review, los trabajadores digitales alternan entre aplicaciones alrededor de 1.200 veces al día, lo que representa casi 4 horas semanales desperdiciadas solo por “reorientarse” después de cada cambio Eso se traduce en una pérdida de cinco semanas laborales al año, según otro informe citado.

Por su parte, Asana, en su Anatomy of Work Global Index 2023, reporta que los empleados utilizan en promedio 10 aplicaciones diferentes al día, y que esta fragmentación es una de las principales causas de pérdida de foco y agotamiento.

Este fenómeno tiene nombre: fatiga digital por conmutación de contexto. Cada cambio de pestaña o app exige a tu cerebro detenerse, recargar el contexto, y volver a enfocarse. Estudios muestran que retomar el foco puede llevar casi 10 minutos por interrupción, generando un costo cognitivo constante.

5 claves para usar estas herramientas sin perder el rumbo.

  1. La herramienta nunca es el proyecto.

Tu objetivo no es tener el Notion más ordenado del mundo. Es sacar adelante un proyecto que funcione. Usá lo justo y necesario.

  1. Definí qué herramienta sirve para cada etapa.

Figma para prototipar, Asana para tareas, Notion para documentación, Mural para idear. No mezcles funciones o vas a perder claridad.

  1. Establecé tiempos límites.

Pone un timer. Si vas a usar Mural 40 minutos para una idea, que no se convierta en una sesión eterna de decoración.

  1. Cerrá tableros, no solo los abras.

No dejes pizarras abiertas para “seguir iterando”. Cerralas. Sacá conclusiones. Tomá decisiones. La acción es el paso más olvidado.

  1. La innovación está en las personas, no en los botones.

Estas plataformas son geniales. Pero el verdadero diferencial sigue estando en cómo pensás, cómo conectás y cómo ejecutás.

La paradoja de innovar con foco.

El entorno digital es cada vez más rico, más colaborativo, más visual. Pero también más exigente con nuestra atención.

La innovación con foco es elegir conscientemente qué usar, cuándo y para qué.

No se trata de renunciar a la tecnología, sino de no perderse en ella.