Lo vimos en las entregas de Star Wars y nos parecía una locura pensar que eso se podría trasladar a nuestra vida cotidiana en cuestión de décadas. En aquel entonces la telepresencia se adueñaba de la pantalla grande en formato de holograma presentando al Líder Supremo Snoke mientras hablaba con Kylo Ren o el General Armitage Hux. A modo de proyección visual, los primeros papeles de la telepresencialidad empezaban a familiarizarse con el público en general a través de estas cintas, para luego convertirse en el formato más común de nuestros días: los robots.
Saltó a la vista de todos que durante los últimos años se produjo un enorme salto en la innovación y más aún cuando el permanecer en aislamiento era un pedido de emergencia y no una elección. En esto tanto la ciencia, como la educación y las organizaciones en general fueron las primeras áreas de impacto respecto de esta gran inyección tecnológica. Un momento de la historia donde el acto de trabajar sólo era posible desde casa, el avistamiento de una nueva manera de acercar a las personas dejaba de ser un mero fotograma de Star Wars. La telepresencialidad abría su paso estelar.
Telepresencia…¿de qué se trata? ¿Cómo funciona?
Como bien decimos, la telepresencia es una tecnología que permite una interacción a distancia entre personas que se encuentran en puntos geográficos distintos. A través de ella, la interrelación entre las personas se vuelve mucho más natural y realista -como si estuvieran en la misma habitación-. Esto se logra a través de dispositivos de videoconferencia de alta calidad y sensores de movimiento que permiten a los usuarios controlar un robot o avatar desde lugares diferentes.
Para hacer uso efectivo de la telepresencia, una persona se sienta delante de una pantalla y utiliza un control para moverse a través de la habitación. El robot o avatar en el otro lugar se mueve de la misma manera, permitiendo a la persona ver y escuchar a sus compañeros de trabajo o interlocutores de manera inmediata. Además, la mayoría de los sistemas de telepresencia también incluyen micrófonos y altavoces de alta calidad para permitir una comunicación bidireccional. La telepresencia es especialmente útil en situaciones en las que es difícil o imposible estar físicamente presente, como en reuniones de trabajo, viajes o visitas a lugares de trabajo remotos.
Pues con los motivos para emplear la telepresencia nos quedamos cortos, ya que su alcance es inagotable. Desde médicos cirujanos que dirigen una operación a distancia, personas con capacidades reducidas que desean conocer un lugar turístico y no pueden hacerlo de forma presencial, hasta el simple plan de asistir a una reunión de amigos pero sin estar allí en cuerpo y alma.
De hecho, en el espacio de trabajo colaborativo Hacker Dojo estaban disponibles varios de estos amigables robots de telepresencia para los socios que tengan la necesidad de acceder a una reunión laboral en remoto. Con esto afirmamos que se trata de una tecnología que nos atraviesa y es parte de nuestro mundo sin mucho esfuerzo, puesto que los aparatos están al alcance de nuestras manos. Lo que antes era impensado, ahora es una realidad que facilita tiempos y compromisos incongruentes a quien lo necesite.
¿Qué elementos contiene un robot de telepresencia?
- Una plataforma desplazable, usualmente posee ruedas en su extremo inferior
- Suelen estar equipados con una cámara, un monitor o pantalla, bocinas y micrófonos. Dependiendo de la situación, los mismos se pueden personalizar con actuadores y sensores adicionales para dotarlo de la capacidad para abrir puertas o subir escaleras por ejemplo
- Un medio de comunicación con el exterior -Internet- desde el cual las personas puedan conectarse con sus interlocutores estando en puntos lejanos. Gracias a la conexión de red las transmisiones en tiempo real de audio y video son recibidas con éxito por la otra parte. Asimismo la persona que desea conectarse al robot debe contar con una computadora, tablet o teléfono celular
- Una computadora incorporada al robot para efectuar el envío, recepción y control de las informaciones que son captadas por los sensores adheridos
- Baterías para darle autonomía de movimiento al artefacto
Los pros y cons de los robots de telepresencia
Uno de los principales puntos fuertes es que permiten a las personas interactuar y comunicarse de manera realista a distancia. Esto puede ser especialmente útil en situaciones en las que es difícil estar presente corpóreamente hablando -como en reuniones de trabajo o visitas a lugares de trabajo remotos-. También pueden ser una herramienta valiosa para quienes cuentan con alguna disminución en sus capacidades motrices o para quienes viven en áreas geográficas muy alejadas, por qué no. Lo que antes estaba fuera del alcance ahora ya dejó de ser una excusa.
Como siempre buscamos analizar la otra cara de la moneda, a nuestro pesar debemos reconocer que hay ciertos aspectos débiles que no podemos omitir. Uno de ellos es que estos artefactos pueden ser bastante costosos al momento de adquirirlos y mantenerlos.
Además, dependiendo del nivel de complejidad de la tecnología, pueden ser difíciles de usar y requerir una suerte de entrenamiento previo para dominar sus funcionalidades. Otra cuestión que se suele presentar cuando hay una cámara de por medio tiene que ver con las preocupaciones de privacidad y seguridad al utilizar estos robots de telepresencia, ya que la información y las imágenes que se transmiten a través de ellos pueden ser interceptadas o utilizadas de manera inapropiada. El riesgo existe. Por último, aunque los robots de telepresencia pueden mejorar la comunicación y la interacción a distancia, también pueden contribuir a la sensación de aislamiento si se emplean en exceso o de manera inadecuada.