A quién no le pasó que por tener el dedo pulgar de un tamaño bastante generoso, tuvo que experimentar momentos de alta tensión porque el bendito botón de la pantalla no funcionaba correctamente o bien porque era un botón más pequeño que un grano de mostaza. Allí el diseño UI -también conocido como User Interface- tiene mucho para decir y facilitar.
Todo lo que tenga que ver con el UI dentro de la usabilidad móvil contiene notas de creatividad, adaptabilidad y optimización. Quienes dedican el día a día a estudiar los modos de interacción entre los usuarios y las pantallas, son conscientes de que al momento de esbozar un arquetipo móvil, no sólo son válidas las argumentaciones meramente técnicas, sino también las razones que engloban a la persona que lo va a usar.
Estamos hablando de que para el diseñador UI, además de importarle la interfaz a emplear, su principal atención debe estar enfocada en el análisis de los usos y costumbres propias de los destinatarios de la app o sitio web. Esto es, saber detectar el contexto en el cual son utilizadas, el tipo de dispositivo empleado, la frecuencia de uso, el grupo etario del usuario y demás. Las personas deben tener en su poder un dispositivo que les permita ver una pantalla que contenga información de valor y dispuesta estratégicamente.
En la generalidad, todas las personas tienden a usar sus celulares en distintos momentos y circunstancias, ya sea estando de pie en el autobús, realizando actividad física, haciendo fila en el supermercado o bien permaneciendo dentro de un auto.
La usabilidad UI hoy
En los dispositivos que se utilizan en la actualidad, casi toda la superficie frontal es una pantalla y es necesario que los usuarios puedan verla de forma integral.
A raíz de la inquietud acerca de cómo interactúan las personas con sus teléfonos, el experto en diseño de interfaces móviles, Steven Hoober, realizó un estudio social para determinar los patrones de comportamiento. Así fue como durante dos meses se efectuaron alrededor de 1300 observaciones de individuos que usaban estos aparatos estando en la vía pública, en aeropuertos, paradas de autobuses, cafés y trenes. A partir de esto, se constató que de la muestra total, 780 personas estaban tocando la pantalla para desplazarse o escribir, tocar o usar otros gestos para ingresar datos. El resto sólo escuchaba, miraba o hablaba a través de sus dispositivos móviles.
La cuestión de las manos
En más del 40% de las observaciones realizadas, un usuario interactuaba con un teléfono móvil sin ingresar ningún dato a través de una tecla o pantalla. En esto, el 22% de la muestra ocupó su tiempo realizando llamadas de voz, mientras que el 19% realizaba actividades pasivas como escuchar contenidos audiovisuales.
Asimismo se logró detectar que los usuarios no mantenían una forma estática de sostén sino que iba variando conforme los segundos iban transcurriendo. Dentro del análisis también se puede destacar que en repetidas ocasiones, las personas intercambiaban de mano para obtener un alcance extra, empleando ambas manos para escribir mensajes de texto, para luego retomar la posición inicial de una sola mano y así sucesivamente.
En cuanto a las formas de sostenimiento de los aparatos, se lograron distinguir tres grandes grupos: con una mano -representado por el 49%-, acunado -representado por el 36%- y por último, con dos manos -representado por el 15%-.
Quienes emplean una sola mano para acceder a las funcionalidades de un smartphone, se descubrió que el 49% de este grupo sostiene el aparato de múltiples maneras. De este modo, el 67% de los observados mostró un mayor uso del pulgar derecho en la pantalla y el 33% reflejó que usaba el dedo izquierdo para hacer lo mismo.
El uso con una sola mano parecía estar altamente correlacionado con la realización simultánea de otras tareas para Hoober. Muchos de los que usaban una mano para sostener su teléfono estaban realizando otras tareas como cargar bolsas, estabilizarse cuando estaban en tránsito, subir escaleras, abrir puertas, cargar bebés, etc.
Acunar es el término empleado para quienes usan las dos manos al momento de sostener un teléfono móvil, pero usar solo una mano para tocar la pantalla o los botones. Según los estudios realizados, el 36% de las personas que acunan su teléfono móvil lo usan de dos maneras diferentes: con su pulgar o dedo. Sostener un teléfono con las dos manos brinda más soporte que el uso con una sola mano y permite a los usuarios interactuar libremente con su teléfono usando el pulgar o el dedo. Asimismo se detectó que el 72% empleaba el pulgar dentro de la pantalla y lo hacía desde la mano izquierda en su gran mayoría.
Tradicionalmente asociamos el uso a dos manos con la escritura en los tableros QWERTY. El uso a dos manos prevaleció entre el 15% de los usuarios de teléfonos móviles. En el uso con dos manos, los usuarios sujetan su aparato con los dedos y usan ambos pulgares para proporcionar información, como lo harían en un teclado de escritorio. Un dato interesante a destacar fue que el 90% de las personas sostenía el teléfono de manera vertical en modo retrato. Mientras que sólo el 10% lo hacía de forma apaisada, horizontalmente.
También fue notable el uso de dispositivos en su orientación vertical o modo retrato, a pesar de las teorías sobre la facilidad de escribir con un área de teclado más grande. Sin embargo, un gran porcentaje de teclados deslizables fuerzan el uso horizontal.
Conclusiones
Habiendo analizado estos avances, el experto en UI asegura que su inclinación por el testeo de diseños de interfaz de usuario se volvió mucho más fuerte a raíz de esta investigación. Ya sea que se haya creado un prototipo de trabajo, imágenes de pantalla o simplemente un prototipo de papel a escala, es indispensable probarlo en un dispositivo móvil o en un objeto con dimensiones similares y sostenerlo de todas las formas en que los usuarios lo harían.
Es probable que lo sostenga para asegurarse de que los dedos no oculten el contenido relevante para el usuario y así los botones que tendrían que tocar no sean difíciles de alcanzar.