Es fácil imaginar que los artilugios de un alquimista loco surtieron efecto: crear el valle más famoso del mundo -o Silicon Valley-. Aunque sepamos que no es cierto, le da un toque místico, sí. Un clima inmejorable, el mejor paisaje, las personas más creativas, las mejores ideas, las empresas más exitosas, la arquitectura más vanguardista…en fin.
La historia nos recuerda la accidental -pero magnífica- idea de un profesor de Stanford que nada tuvo que ver con pócimas mágicas que prometen la frescura eterna. Algo que inició como un pequeño refugio para estudiantes y emprendedores hizo de Silicon Valley un concepto en sí mismo: innovación perenne.
Si bien Silicon Valley es conocida por ser un crisol de culturas -siendo que la mitad de su población es extranjera-, deben considerarse afortunados quienes tienen la oportunidad de vivenciar en carne propia, al menos por unos días, lo que significa ser parte de algo mucho más grande nuestro propio ingenio.
Hecha la introducción, he aquí el relato de este grandioso viaje en primera persona por Alejandro Jatib, CEO de Lab9.
A los lectores de este blog:
Es fácil describir cómo luce una flor de ceibo o cuán largas son las extremidades de un flamenco, pero transmitir por escrito las sensaciones que implica viajar al extremo opuesto de América, puede ser un poco desafiante. No obstante les prometo no defraudarlos en estas líneas, para pasear durante unos minutos por la cálida Bahía de San Francisco.
El itinerario de esta travesía por Silicon Valley-que tuvo lugar en octubre de 2022- rezaba algo así:
Sábado: parada en San Francisco
Domingo: conocer la ciudad en un automóvil Tesla
Lunes: visita al Hacker Dojo y HP Garage
Martes: visita al centro de logística de Amazon
Miércoles: visita al store de Amazon Go + Meta Reality Labs
Jueves: visita oficinas de SAP + Stanford University + casa-garaje de Steve Jobs + edificio Apple en Cupertino
Viernes: visita a Google Bay View + Museo de la Computación
La llegada a Silicon Valley
Llegamos a la ciudad de San Francisco un sábado en el que fuimos recibidos por un tucumano experto en diseño de microprocesadores -reside allí hace más de 20 años-. Su agasajo no fue menor: nos esperó al mediodía para degustar el plato argentino por excelencia, un buen asado. Entre bocado y bocado, la conversación fluía entre anécdotas y sonrisas. ¡Es que el tucumano además de ser un genio de las pequeñeces, también trabaja para una de las compañías IT más reconocidas del mundo! Claro, es parte del staff de Amazon.
Recorriendo la ciudad en un Tesla
Al día siguiente decidimos hacer uso efectivo de las nuevas tecnologías de innovación y alquilamos un auto Tesla a través de una aplicación móvil llamada Turo. Como era de esperar, se hizo un testeo del velocímetro pero siempre y en todo momento, conduciendo con debida prudencia.
Ya sobre ruedas nos dispusimos a conocer el corazón de la ciudad y con él una de las calles más curiosas que jamás haya visto, la calle Lombard. Una parte de su calzada está formada por 8 virajes, que la hicieron conocida por ser “el camino más sinuoso de Estados Unidos”. El único objetivo de esta peculiar construcción -hecha en 1922- tuvo que ver con la reducción del 27% de su pendiente para permitir el tránsito de los autos. Todo el mundo quiere bajar por allí. ¿Interesante, no?
Luego aprovechamos para observar y fotografiar uno de los puntos más icónicos en San Francisco, el famosísimo puente rojo de Golden Gate -une Silicon Valley con el otro lado de la Bahía de San Francisco- . Pudimos apreciarlo desde todos sus ángulos, yendo de acá para allá. Un verdadero espectáculo de la arquitectura moderna.
Más tarde tuvimos la oportunidad de recorrer Pier 39, una zona portuaria visitada por muchos turistas debido a su excelente oferta gastronómica y locales con venta de recuerdos. ¡Spoiler alert para fans de Harry Potter! Desde allí el paisaje nos regalaba una vista magnífica hacia la isla de Alcatraz, lástima que no pude visitarla. Pero para calmar un poco esa angustia, culminamos el día presenciando un partido de baloncesto de la NBA en el Chace Center. Un cierre del día increíble.
Un inicio de semana con aroma a innovación
Con el envión característico de los fines de semana, iniciamos el lunes haciendo honor a la razón de existir de Silicon Valley: visitando el espacio colaborativo de Hacker Dojo y el famoso garaje de HP que actuó como semilla efervescente de innovación.
El primero se trata de un lugar muy lindo estéticamente y extremadamente funcional para sus asociados -cuentan con un abono bastante accesible-. Sus perlas son las impresoras 3D de plástico y metal, como así también los aparatos que permiten armar objetos electrónicos. ¡Una primicia desde Silicon Valley! En Lab9 se vendrán hackatones en simultáneo con otras ciudades desde enero/febrero 2023.
Finalmente pudimos conocer el garaje que ya mencionamos, lugar donde Hewlett y Packard tuvieron su primera oficina, creando su primer producto y vendiéndolo a Disney. Inmediatamente después visitamos las oficinas originales de HP, junto a un showroom increíble en el cual se muestran todos los productos de la marca, los actuales y algunos históricos. De hecho existe una foto recuadrada de los inicios de Silicon Valley que me impactó muchísimo.
Conociendo el corazón de Amazon
El martes partimos hacia el centro de logística de Amazon, donde pudimos observar cómo son los procesos de automatización de la llegada de mercadería y armado de paquetes. Me pareció muy interesante a nivel general, sobre todo la organización aleatoria de los productos en las distintas estanterías y el empleo de robots que agilizan el proceso.
Más tarde llegamos a la fábrica de Tesla, pero lamentablemente tuvimos que conocerla desde fuera porque las visitas aún se encontraban restringidas. Por eso es que economizamos el tiempo y nos dispusimos a pasear en un shopping de Milpitas -uno de los más concurridos en la zona de Silicon Valley-.
Entre tiendas automatizadas y cascos de realidad virtual
Con un tiempo súper agradable que acompañaba, caminamos por la ciudad y visitamos un local de Amazon Go, la tienda de día automatizada de Amazon. Me llamó poderosamente la atención la cantidad de sensores y cámaras dispuestas en el techo del store. La historia era así: para ingresar uno debía registrarse en una app para luego pasar un molinete y empezar el proceso de compra, que no es más que ser detectado por esos sensores y al finalizar, se realiza el cobro. La practicidad es inmejorable.
La última parada turística del miércoles fue en el primer store de Meta de Silicon Valley, situado en uno de los edificios del Meta Reality Labs donde logramos probar un casco de realidad virtual lanzado al mercado esa misma semana -llamado Meta Quest Pro-. Como no podía ser de otra forma, adquirí su antecesor -Meta Quest 2- para empezar a incursionar en el desarrollo del multiverso.
Paseos históricos
El penúltimo día visitamos las oficinas de SAP en donde nos dieron una charla sobre el trabajo remoto, basados en estudios propios a nivel interno. Luego almorzamos con otros comensales internacionales. Más tarde fuimos a conocer la Universidad de Stanford, el garaje de la casa de Steve Jobs y el edificio de Apple en Cupertino.
Caída la noche en Silicon Valley, SAP nos invitó a presenciar un partido de hockey sobre hielo en el estadio SAP Arena en San José -auspiciado por ellos mismos-.
Google Bay View y el Museo de la Computación
En nuestra última jornada, tuvimos la suerte de explorar las instalaciones de los nuevos edificios sustentables de Google Bay View. Lucía como una micro ciudad con bicicletas e indicaciones para moverse por sus calles, donde cada área -dentro y fuera de los edificios- revelaba una temática particular. Hay espacios para reuniones, trabajo colaborativo y de relax, por supuesto. También existen paradas de autoservicio para comer y beber.
Como frutilla del postre, hicimos un recorrido por el Museo de la Computación, donde se puede apreciar la evolución de las computadoras y la informática desde sus inicios hasta la actualidad.
Fue un viaje que duró menos de un suspiro pero sin dudas Silicon Valley es un lugar que siempre te deja con ganas de conocer más, porque sabes que siempre hay algo nuevo por descubrir. De eso se trata.
¡Te invitamos a seguir de cerca esta serie especial y exclusiva de notas sobre Silicon Valley, para viajar por unos minutos hacia la meca de la tecnología!