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Consultoría, Desarrollo, Marketing
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Del brainstorm al breakthrough: la historia y las fases del Design Sprint

Seguramente te pasó más de una vez de tener millones de ideas en tu cabeza, super creativas, innovadoras, originales y brillantes para tu negocio. Sin embargo, no siempre tenemos muy en claro las fases, cómo concretarlas ni cuáles caminos son los más eficientes para lograrlo.

Unas estadísticas a cargo de Clayton Christensen, profesor de la Harvard Business School, revelaron que el 95% de los nuevos productos fracasan, y que el 92% de las startups no sobreviven a la barrera de los tres años. 

En un mundo que exige constantemente velocidad e instantaneidad, nos vemos en la obligación de acatar dichos “criterios de supervivencia” a la hora de fijar estrategias y objetivos para nuestro negocio. ¿Cuántos proyectos no se realizan o se quedan a medias por falta de tiempo? O, por el contrario, ¿cuántos se alargan demasiado en el tiempo sin encontrar una solución eficiente y rentable?

Fue en este contexto global acelerado que Jake Knapp, un diseñador que trabajaba para Google Venture, creó el Design Sprint en el año 2010, con el objetivo de responder algunas de las preguntas críticas para el desarrollo de producto a través del diseño, creación de prototipos y pruebas de cliente, combinando herramientas del Design Thinking con metodologías ágiles, para obtener un proceso de 5 días en el cual “validar” ideas. En 2016 publicó un libro titulado “SPRINT”, en donde compartió todos los detalles acerca de esta metodología. 

Si te interesa saber más acerca de la definición y la esencia del Design Sprint, podés hacer click acá  y leer el artículo en nuestro blog.

CUATRO FASES, CUATRO DÍAS.

Aunque si bien en un comienzo esta metodología constaba de 5 fases, en 2018 se puso en vigencia su versión 2.0, avalada por el mismo Knapp, donde se simplificó el proceso, dejando solo cuatro fases distribuídas en cuatro días. No se elimina ningún paso, pero sí se optimiza el tiempo y también se permite liberar al equipo de trabajo con mayor antelación.

Entonces, ¿cómo nos organizamos?

Antes de comenzar, podríamos agregar una llamada “Fase 0” que servirá para tener en cuenta algunos aspectos previos que son fundamentales para el éxito de la metodología. Las tareas de esta etapa son:

  • Elegí tu equipo de trabajo: lo ideal es que esté formado de 5 a 7 personas, y si son de áreas diversas, mucho mejor.
  • Reservá dos días de trabajo completos en el calendario de los integrantes del equipo.
  • Hacé un paneo general sobre la información que necesitás: una investigación superficial, previa a la fase 1, ayuda a organizar los datos de forma más rápida.
  • Redactá un documento corto, detallando lo que pretende lograr el design sprint: esto te va a ayudar a organizar mejor el tiempo durante el día 1.

Teniendo listos todos los pasos de esta fase orientadora, estamos en condiciones de entrar de lleno en lo que son las etapas propiamente dichas.

FASE 1: MAPEAR Y BOCETAR.

La mañana del lunes busca poner a todos los del equipo en la misma “sintonía”. Se explica cuál es el desafío y se debate acerca de cómo vamos a enfrentarlo. 

Una pauta fundamental en esta primera fase es aprovechar la multidisciplinariedad del equipo elegido. Lo ideal es que todos puedan exponer sus puntos de vista a fin de nivelar el conocimiento grupal.

¿Cuándo finaliza esta primera fase? 

Cuando tengamos un documento limpio en el que se defina dónde vamos a actuar y se detallen los insights más importantes que hayamos obtenido. 

Después, durante la tarde, cada miembro del equipo, de forma individual, va a dedicarse a bocetar su propia solución al problema. La individualidad pretende obtener la mayor cantidad de caminos posibles.

FASE 2: TOMA DE DECISIONES.

La mañana del martes se utiliza para debatir y elegir qué es lo que se va a prototipar en la siguiente fase. Para conseguirlo, se realizará una votación de cada boceto, decidiendo la opción que tenga más posibilidades de alcanzar lo propuesto.

De esta votación, hay que salir con un storyboard (también conocido como guión gráfico) consensuado por todos, que tenga definidas claramente las pantallas a prototipar.

FASE 3: PROTOTIPAR EL STORYBOARD.

El miércoles vamos a prototipar el storyboard. A partir de este día, ya no es necesaria la presencia de todo el equipo, ya que solo el área de diseño pondrá manos a la acción. 

IMPORTANTE: 

– El resultado final no debe ser un prototipo interactivo que sirva para explicar las funcionalidades básicas y en el que quede claro lo más esencial de la solución.

– Al finalizar el día, ya debemos tener listas las preguntas que se les hará a los usuarios durante el test, y cuáles son las cosas que queremos validar.

FASE 4: TEST CON LOS USUARIOS.

El jueves es el día más determinante dentro de este proceso, básicamente porque estamos poniendo en práctica toda la teoría desarrollada en las fases anteriores.

IMPORTANTE:

– Todos los resultados deben quedar bien registrados y documentados (una buena opción es grabar el test). 

SIN EMBARGO…

Aunque significa una excelente opción para enfocar y hacer el “encuadre” correcto de nuestro negocio, no es conveniente usar esta metodología como proceso de trabajo. 

Las primeras veces de aplicación, por lo general se trata de procesos complejos y desgastantes, justamente por la velocidad en la que necesitamos concretar todas las fases. Lo ideal entonces, es buscar una figura “facilitadora” de toda esta metodología, que no solo va a liberar al equipo de trabajo de un montón de tareas, sino que también podrá tener una mirada objetiva, imparcial y más clara acerca de nuestro proyecto.